Muchas personas se preguntan si realmente el clima y lo que conlleva puede realmente afectar a su estado de ánimo y bienestar.
Desde la antigüedad, el clima ha sido gran protagonista de la vida cotidiana de las personas, por ejemplo, los griegos ya sabían de la importancia que tiene la meteorología sobre la salud, en los textos de Hipócrates sobre la medicina clásica.
Por otro lado, hoy día el cambio climático es una realidad que podría llevar al aumento de las temperaturas y a un mayor riesgo de eventos climáticos extremos, lo cual podría llevar a que nuestra salud mental y física se viese afectada.
Tristeza invernal y Trastorno Afectivo Estacional
Muchas veces, se bromea diciendo que se tiene o se padece de Trastorno Afectivo Estacional (TAE) durante los meses que dura el invierno. Aunque tenemos que decir que realmente se trata de una aflicción real, tenemos que decir que es poco común.
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es un tipo de depresión que tienen algunas personas durante el invierno, y que durante el resto del año no se tiene. No se conocen las causas exactas del TAE, pero tiene relación con un desequilibrio en los niveles de serotonina y melatonina.
Se sabe que las personas que lo padecen se sienten particularmente afectados por la falta de luz durante los meses que dura el invierno y que son más oscuros. De hecho, hay estudios que así lo corroboran, y cuando estas personas se han expuesto al sol, sobre todo durante las horas de más sol, se sienten mejor.
El mal tiempo puede convertir un día malo en un día horrible
Si te despiertas y tienes un buen día, es muy probable que, aunque haga mal tiempo, este no te afecte demasiado. Pero si, por el contrario, te levantas o te sientes mal, un día triste y frío podría hacer que tu estado de ánimo vaya a peor.
En 2008, se realizó un estudio publicado en la revista Emotion, los investigadores estuvieron analizando las personalidades y estados de ánimo de más de 1.200 hombres y mujeres adultos a través de cuestionarios que realizaban diariamente.
Cuando vieron los resultados, se dieron cuenta que los fatores que tenían relación con el clima, como la temperatura, la luz del sol, el viento o las precipitaciones, no tuvieron un impacto que fuera notable en el estado de ánimo positivo, pero la temperatura, el viento y la luz del sol sí tuvieron un efecto sobre el estado de ánimo negativo.
Cuando la temperatura aumentaba afectó de manera positiva en la mayorá de las personas que tenían un ánimo negativo, mientras que el aumento del viento y la poca luz solar tuvo un efecto negativo en la mayoría de las personas que tenían un estado de ánimo negativo, aunque esto variaba de un individuo a otro.
Otro factor que también se encontró es que la luz del sol afectaba al modo en el que los participantes decían que estaban cansados. Es verdad, que los resultados no fueron todo lo concluyente que se esperaba, pero sí apuntaron a la necesidad de más investigación futura en la relación del estado de ánimo con el clima.
¿La gente es más feliz en climas templados?
Hay investigaciones que han identificado un vínculo relacionado entre el clima y los niveles de felicidad. Por tanto, las temperaturas medias más cálidas en el invierno y las temperaturas medias más bajas en el verano parecen tener relación con el aumento de la felicidad.
Además, cuando los inviernos son suaves y no tan fríos y los veranos son más fríos hacen que se pueda disfrutar más del aire libre durante todo el año, no solamente porque se pueden realizar actividades físicas, sino porque el hecho de poder pasar tiempo al sol se asocia a menores niveles de estrés y, por tanto, un amento del bienestar.
Por lo tanto, como conclusión podemos decir que el clima o el tiempo que hace, sí que nos afecta en nuestro estado de salud mental y en nuestro bienestar.
Aunque aún queda mucho por investigar en torno a la meteorología y cómo nos afecta, mientras, nos quedaremos con el dicho popular “al mal tiempo buena cara”.