No es la primera vez que se nos vienen a la cabeza estas dos disciplinas cuando alguien no tiene el hábito de practicar deporte, pero quiere iniciarse y mejorar su postura, mucho antes de realizar otras actividades con elevado impacto como el running o el Crossfit. A pesar de mostrarles sus diferencias, podemos observar que tienen beneficios comunes como método para fortalecer los músculos y también ganar flexibilidad.
Ambos reducen el estrés y estimulan un aumento en la concentración.
Es normal que te invadan dudas a la hora de elegir entre estas disciplinas, pero casi siempre cada persona, según sus condiciones, se adapta más a una que a otra.
Por ello, queremos contarte cuáles son sus diferencias principales para ayudarte en la medida de lo posible a sentirte más seguro en tu decisión y conozcas cada detalle de ellas.
Antigüedad frente a actualidad
La primera gran diferencia podemos achacarla a su origen, ya que el yoga se define como una práctica milenaria originaria de la India desde hace más de 40 siglos de antigüedad. Por su parte, el pilates nace a principios del siglo XX gracias al alemán Joseph Pilates. Con esta invención, su claro objetivo era la ayuda a la rehabilitación de personas enfermas que habían sufrido alguna operación.
Como segunda diferencia tenemos que hacer hincapié en su trasfondo espiritual, es decir, observar con profundidad el trabajo espiritual de cada disciplina. Hoy en día existen numerosas versiones de yoga y tipos, algunos de ellos son principalmente deportivos, pero el yoga más puro y verdadero se centra en una búsqueda de trabajo interior con una elevada profundidad. De tal forma que podemos decir que el yoga tiene un propósito espiritual como hemos dicho anteriormente y, además, busca lograr el equilibrio entre tu cuerpo y mente gracias a la meditación, mientras que el objetivo del pilates olvida cualquier resquicio de espiritualidad y se centra más en la tonificación del cuerpo y el autoconocimiento.
El yoga y el pilates trabajan la concentración y con ello, la reducción del estrés. Sin embargo, sus objetivos finales o potenciales son distintos. La conexión cuerpo y mente en pilates es fundamental, son dos cosas unificadas e inseparables para concebir un mayor control de tus movimientos. Esto no significa que entre en el mundo de la meditación, ya que, si no estaríamos confundiendo pilates con yoga, es decir, el objetivo considerable del pilates es mental y físico, mientras que el objetivo claro del yoga es más profundo y espiritual. Por tanto, esta diferencia destaca para elegir hacia donde quieres enfocar tus propósitos, ya sea hacia una mezcla entre deporte y mentalidad, espiritualidad y meditación.
Practícalo según tus condiciones y necesidades
Los movimientos utilizados en estas disciplinas también son diferenciadores de cada una de ellas, en pilates son característicos los movimientos cortos, mientras que en el yoga son más amplios y envolventes.
La armonía y conexión entre movimientos son características del yoga, ya que busca transiciones más naturales y armónicas entre una postura y la siguiente. En cambio, en pilates no existe esa repetición ni secuencia completa entre movimientos o posturas, puesto que se podría conocer como la sucesión independiente de ellos. Después de todo esto, nos faltaría saber qué se necesita para poder practicar dichas disciplinas. En ambas es una cuestión muy sencilla.
En cuanto a lo que se necesita para hacer yoga, simplemente haría falta una esterilla o cualquier soporte que nos pueda ayudar a obtener un aumento en la extensión del cuerpo en su totalidad. Sin olvidarnos de que la práctica del pilates busca la tonificación del cuerpo o la musculatura de la parte central, nos podemos ayudar de aparatos o máquinas para conseguir dicho objetivo.
Una vez analizadas las diferencias entre ambas disciplinas, cabe mencionar que el pilates tuvo una fuerte cogida entre la población en tiempos pasados, mientras que en la actualidad existe quizás una fiebre popular por la práctica del yoga.
Después de esta explicación, es el momento de lanzarte a elegir qué modalidad practicar. Prioriza qué objetivo estás buscando y con ello, conseguirás decidirte entre estas dos disciplinas. No existe una teoría que aborde con qué las prácticas de ambas modalidades no sean complementarias. Si nos ponemos a pensar, una de ellas trabaja enfocada en la musculatura y otra en la espiritualidad, ¿por qué no buscar un equilibrio entre ambas?
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